¿Detox o estilo de vida saludable?

En la actualidad se han puesto muy de moda las “dietas detox”. Estas dos palabras ya nos las encontramos hasta en las tertulias de la TV, y las relacionamos con “famosas” (¿) unidas a una botella con un líquido verde.

El mundo cibernético y las redes sociales se llenan cada vez más de gente que dedica gran parte de sus publicaciones a “recetas detox” y a “programas detox” que suelen ir unidos a eventos culturales en los que posiblemente se coma más de lo que se debiera (por ejemplo, justo ahora, post-Navidad) o en los que se aproximen días en los que lucir el cuerpo y que éste “tenga que” ser esbelto vayan de la mano (época pre-verano), por ejemplo.

Es por ello que desde hace tiempo sentí escribir este artículo, con mi visión en relación a todo este tema. Va más destinado al público en general (que sois los que al fin y al cabo decidís) que a los que diseñan tales planes (me refiero a las personas, y no a las multinacionales que venden planes tipo el de Hornimans que en fin…), y que seguro que lo hacen con todo el buen corazón y ayuda hacia vosotr@s.

Mi visión

Desde mi punto de vista, el favorecer los procesos metabólicos involucrados en la detoxificación del organismo es un acto estupendo. Pero también os diré que no se trata de hacer una detox y listo, o de estar en modo detox twenty four hours. De lo que se trata es de cuidarse, y de hacerlo a lo largo de todo el año.

Como bióloga deciros que la palabra detox no es un término correcto como tal, al menos en el contexto en el que se emplea actualmente. Hay que entender que en realidad, nuestro organismo produce sustancias de desecho todos los días, a todas horas, y que así mismo, también dispone de los mecanismos para poder desprenderse de ellos. Por tanto, nuestra labor es facilitarlos y no obstaculizarlos en la medida en la que nos sea posible, y día tras día, no justo después del turrón de Navidades o del roscón de Reyes. Por cierto, no te fustigues tanto, que un poco de turrón puntual no es para tanto (siempre y cuando no tengas alguna alergia a algunos de sus componentes o haga que te sienta mal, evidentemente).

Entonces, reitero que la idea es cuidarse a lo largo de todo el año y de la vida, para que tu organismo funcione correctamente, y no con programas detox puntuales que nos hagan creer lo bien que lo estamos haciendo y el “ya no me siento mal por el atiborre navideño”, por ejemplo. Sólo estoy a favor de un programa detox (por supuesto que pautado por un especialista que controle), si se hacen como reset ante el inicio del aprendizaje de una mejor forma de vida, en la que se incluya, por supuesto, una alimentación saludable. Se trata de reeducarnos.

Para que me entiendas, vamos a hacer un símil. Imagínate que decides coger tu coche e irte al monte con él, y lo embarras y pasas por caminos de silvas. Después llegas al área de servicio y lo lavas, y así varias veces al año. Al final, en tu coche habrá una serie de rayazos que ya no saldrán, aunque lo laves y frotes bien con el mejor jabón del mundo. La excusa de “ya lo lavaré luego” ya no ha funcionado. Sin duda, puede que este ejemplo no sea el más adecuado, más que nada porque puedes comprarte un coche nuevo si el anterior ya no te funciona; en cambio, sabes que cuerpo y organismo sólo hay uno. Pero bueno, creo que así me has entendido.

¿Cuáles son nuestros órganos emuntorios?

En nuestro organismo disponemos de los riñones, el hígado, el intestino grueso, la piel y los pulmones, todos ellos encargados de ayudar a eliminar los tóxicos y las sustancias de desecho que se generan a lo largo del día en nuestro cuerpo.

Nuestra labor es promover la salud de todos ellos, evitando su sobrecarga y manteniendo un estilo de vida saludable de forma general.

Sé que ahora te estarás preguntando…

Entonces, ¿qué pasa con los batidos y los licuados verdes?

Me encantan, los consumo y los apoyo, pero como algo a incluir en la dieta de forma general. Es decir, no como algo puntual de “ahora estoy en modo detox y me los tomo”. Es más, hay muchas formas de llevar a cabo el reset que os he comentado, para ayudar en la normal detoxificación del organismo. Todos ellos (suplementos nutricionales, fitoterapia o alimentos, aunque también terapias de desomatización y otras corporales y emocionales) dependen mucho de la persona y de la estación del año (épocas frías o calientes), y deben tener en cuenta todos los emuntorios citados.

Volviendo a los batidos y licuados verdes, deciros que suponen un extra concentrado de vitaminas, fibra, agua, minerales y fitoquímicos, muy necesarios para todos los procesos metabólicos que tienen lugar en nuestro organismo, incluido los procesos de detoxificación. ¡Pero ojo! No evitan o sustituyen el consumo de frutas o verduras en el resto de las comidas del día. Recuerda que masticar es importante.

Los licuados se obtienen por presión en frío con extractores (que no licuadoras) de calidad, en los que se evita el paso de fibra insoluble con el fin de que su absorción sea rápida y fácil. Es por ello que debe mezclarse verdura de hoja verde (berza, col, kale, repollo, espinaca,…) o apio o pepino, junto con la parte de fruta (manzana, pera, piña,…) con el fin de reducir la carga glucémica final del brebaje obtenido (puesto que la falta de fibra insoluble hace que su carga glucémica sea mayor). Yo siempre recomiendo a mayores echar jengibre y limón (incluso alga espirulina o chlorella en polvo, entre otros).

Aquí tenéis un ejemplo de licuado verde remineralizante, con vídeo incluido 😉

En el caso de los batidos , la idea es parecida. Se emplean máquinas de alta potencia con las que se consigue obtener un resultado fino y palatable. Se hacen como los licuados, y añadiendo agua fría para que las altas rpm de las máquinas no calienten  los alimentos y conserven mejor sus fitonutrientes.

Así pues, entre batido y licuado, todo depende de lo que quieras en tu organismo, y de cómo se encuentre éste. Posiblemente una persona con hiperfermentación intestinal, por ejemplo, requiera comenzar unos días con agua remineralizante (sobre todo ahora en invierno), antes de pasarse a los licuados o batidos verdes, como parte del tratamiento.

Si quieres comenzar con los licuados verdes, recomiendo comenzar por los hechos con la licuadora convencional de casa (en los que la calidad del brebaje obtenido es bastante inferior, porque no prensan, sino que frotan y despedazan los alimentos; puedes leer más en este artículo que escribí para EQM). Así puedes ver cómo te sientan y plantearte adquirir una de mejor calidad (permíteme que haga un poco de auto-promo de dos que distribuimos y que están encantando a la gente: Juissen y Hurom HH).

Espero que este artículo te haya hecho reflexionar para poder destilar la sobre-información que nos rodea.

En próximos artículos te contaré cuáles son los puntos que imposibilitan nuestra normal y natural detoxificación y el funcionamiento de los órganos emuntorios. Adelanto que están muy relacionados con lo que describí en LA SILLA.

Para cerrar esta entrada, te linkeo un artículo que me gusta mucho, escrito por Marcos Vázquez de Fitness Revolucionario, que va muy en la onda de lo que yo creo, y en el que además explica muy bien las fases de detoxificación hepática. Así, poco a poco podrás ir entendiendo un poquito más cómo funciona REALMENTE nuestro organismo.

¡Un abrazo!

Silvia

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